jueves, 6 de diciembre de 2012

PÍNDARO - EL CENTAURO



Su origen (el del Centauro)  para algunos, se remonta a Ixico rey de Tesalia quien al ver su reino aterrorizado por unos toros bravos, ofreció una recompensa a quienes fueran capaces de destruirlos. Una "raza de hombres llamados centauros" cogieron los toros, los mataron y se quedaron a vivir en cuevas localizadas en el Monte Pelion.
     Más explicativo es Píndaro en su Pítica Segunda cuando narra el origen de los centauros y los hace descendientes de Ixión (quien “por orden de los dioses (...) extendido sobre la rueda que lo arrastra en su rápido girar, no cesa de repetir a los mortales: “Pensad en pagar a vuestros bienhechores  con una generosa correspondencia” .). De Ixión y Nefele (La Nube) nació Centauro un hijo “tan soberbio como su padre”, las Gracias no ayudaron en el parto y por eso fue odiado por los hombres. Dice Píndaro que, más tarde “se unió en los Valles del Pelion con las yeguas de Tracia, y de este himeneo nació una raza monstruosa, a la vez parecida a su padre por la parte alta de su cuerpo, y a su madre por la parte baja” (Cfr. Pítica Segunda)
     Míticamente en Grecia, el Centauro fue pensado como un ser inteligente pero con instinto animal y brutal, sensuales y primitivos; consumidores de carne cruda y cazadores que utilizaban palos y piedras para hacerlo. En la tradición estuvieron enfrentados a la tribu Lapita. Se les consideraba animales salvajes de pelo erizado que habitaban las montañas de Tesalia -en el Monte Ossa– según se afirma en la Iliada; con una gran facilidad para embriagarse y luego raptar doncellas; a propósito de su embriaguez, Píndaro el poeta lírico griego escribió:
“Cuando los Centauros conocieron el poder oculto del vino dulce como la miel, domador de los hombres, rechazaron de sus mesas la leche blanca, se apresuraron a beber el vino en los cuernos de plata, y perdieron la razón”
Solamente Quirón y Folo escaparán a la naturaleza salvaje propia de los Centauros: serán apacibles y hospitalarios con los humanos

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