miércoles, 5 de diciembre de 2012

Alceo

Alceo

Alceo de Mitilene (630 a.C. – 580 a. C.) nació en Mitilene ciudad en la isla de Lesbos. Fue un poeta griego de la antigüedad, contemporáneo y presunto amante de la poetisa Safo de la misma isla.
           Era miembro de la clase aristocrática gobernante de Mitilene, la principal ciudad de Lesbos. Su vida estuvo íntimamente ligada a la política, pues se encontraba inmerso en numerosos conflictos y disputas. Apoyo a su clase contra la tiranía, enfrentamiento que logró que lo mandaran al exilio largo tiempo, situación que aprovechó para viajar por Gracias. Se dice que sólo después de haber hecho las paces con Pítaco pudo regresar a su ciudad natal. La fecha de su muerte es aún incierta.
           La poesía de Alceo es un reflejo de su vida. Vivió inmerso en constantes revueltas civiles que sacudieron Lesbos en su época y sus textos son ejemplo de su postura política. Manifiesta lealtad hacia sus compañeros de armar y se jacta de ser tan vehemente en sus odios como en sus amores.
Safo y Alceo, Alma Tadema
           Sus poemas fueron reunidos en diez volúmenes, sin embargo, como en el caso de muchos escritores griegos, su obra sólo sobrevive en anotaciones y fragmentos. Sus poemas tratan acerca de varios temas: himnos a los dioses; comentarios políticos; y canciones de amor o canciones báquicas para ser leídas en un simposio.
           Mucho de lo que se ha rescatado de la obra de Alceo es gracias a Horacio, quien realizó un número considerable traducciones al latín, pues, lo consideraba su gran modelo.
      
     Bebe y emborráchate, Melanipo, conmigo. ¿Qué piensas?
¿Qué vas a vadear de nuevo el vorticoso Aqueronte,
Una vez ya cruzado, y de nuevo del sol la luz clara
Vas a ver? Vamos, no te empeñes en tamañas porfías.
En efecto, también Sísifo, rey de los eolios, que a todos
Superaba en ingenio, se jactó de escapar a la muerte.
Y, desde luego, el muy artero, burlando su sino mortal,
Dos veces cruzó el vorticoso Aqueronte. Terrible
Y abrumador castigo le impuso el Crónida más tarde
Bajo la negra tierra. Con que, vamos, no te ilusiones.
Mientras jóvenes seamos, más que nunca, ahora importa
 Gozar de todo aquello que un dios pueda ofrecernos.

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