La literatura tiene una importancia fundamental en la historia y cultura
de un pueblo. Es forjadora de una identidad propia y muchas veces motivo de
orgullo patriótico. Es también un significativo elemento de unión, para todo
grupo de personas que se sienten ligadas entre sí por elementos que tienen en
común; tales como el territorio, el idioma, las costumbres, tradiciones,
religión y por supuesto, las artes. Historia y literatura, si bien son dos
disciplinas muy distintas, están estrechamente relacionadas, casi se podría
afirmar que todo lo relevante que acontece en una época histórica, es retratado
en obras literarias.
Durante los años 27 a.C -14 d.C, Roma logró sobrevivir a la crisis que la
había aquejado durante prácticamente un siglo, y no sólo eso, sino que además
fue una época de esplendor y de gloria, en donde el Imperio alcanzó su máximo
apogeo. Dicha grandeza, coincide con un periodo en el que la literatura romana
encuentra a sus más grandes exponentes, tales como Virgilio, Ovidio y Horacio,
quienes con sus obras lograron que esos años dorados quedaran plasmados en
historia de Roma y que además fueran recordados como los más grandiosos de esa
civilización. Virgilio escribió una gran
epopeya, La Eneida, en donde al
relatar los orígenes de Roma, confirma y acentúa su grandeza.
A grandes rasgos, La Eneida relata la fundación de Roma y sus
orígenes. El personaje principal, Eneas, es un héroe troyano muy valiente y
piadoso (virtudes sumamente valoradas por la civilización romana), que había
participado en la guerra de Troya, hijo de Anquises y de la diosa Venus. Al
narrar los orígenes de Roma −a los que Virgilio le atribuye un carácter divino,
pues Eneas desciende de los dioses− la ciudad queda inmortalizada. Con esta
epopeya, Roma tiene así su propia historia heroica, y al ligar sus orígenes con
la divinidad, se explica por qué esta civilización es el gran centro y eje de
su época.
Tomando como punto inicial la guerra de Troya, Virgilio vincula además
el pasado de Roma con el de Grecia, y por lo tanto, con la tradición griega.
Esta relación es importante porque los romanos, admiraban la cultura griega en
muchos de sus aspectos, e implica además, una conexión con los grandes poemas
épicos de la Ilíada y la Odisea.
“Atiende pues contarte he extensamente
el gran linaje y descensión troyana, y la gloria que espera y cuanta gente
producirá en tierra italiana: ilustres almas que perpetuamente harán nuestra
familia fama y ufana (…) Tendrá la Gran ciudad de gloria llena, por ser madre
de gente tan famosa, siete altos y fortísimos collados de muro inexpugnable
rodeados”.
Vemos aquí claramente una alusión a las siete colinas de Roma y a la gloria
que tendrá la ciudad gracias a sus ilustres habitantes. Y en la parte final del
libro VIII, Virgilio relata un episodio bastante significativo, en donde la
madre de Eneas le entrega un escudo en el cual están grabados los hechos más
importantes de la historia romana:
“Aquesto todo contemplaba Eneas
maravillado en el insigne escudo, don de su madre y obra de Vulcano y, aunque
ignorante de lo que el entalle daba a entender, tomaba extraño gusto solo
mirando la pintura muda y alzando al hombro el nombre y fama de Hados de sus
claros e ilustres descendientes”.
Eneas se echa al hombro el escudo, y eso simboliza que es él quien carga
con la historia del pueblo romano.
La leyenda de Eneas ya existía, no fue un invento de Virgilio. Pero él
logró narrarla y dotarla de una forma tal, que la epopeya del héroe troyano
pasó a ser un elemento de identidad cultural importantísimo para los
contemporáneos del escritor y para las generaciones posteriores.
Cuando La Eneida aún no estaba terminada, Propercio,
otro gran literato de la época afirmaba el nacimiento de una obra más grande
que la Iliada. Con estos gloriosos
orígenes los romanos confirman su hegemonía y poderío, justo en un momento de
máximo esplendor; el Principado de Augusto. Gracias a su genialidad política logró
mantener las instituciones republicanas y pudo restaurar el orden. La gloria de
Roma que había peligrado en los últimos años, no sólo perduró mucho tiempo más,
sino que fue incluso mayor. Incluso cabe mencionar que el emperador sí tuvo
gran interés en la epopeya de Virgilio. Él mismo se preocupó de que se llevara
a cabo e insistió en su redacción.
Vemos
entonces cómo este poema de gran envergadura, no sólo es una pieza literaria de
mucho valor, sino que además forma parte de la cultura de un pueblo y vincula
su historia con un pasado grandioso, Virgilio, denotando siempre un patriotismo
casi divino como la misma concepción de su patria, exalta con toda nobleza en
esta epopeya al gran Imperio romano.
_______________________________________________________________
Virgilio, Eneida. Editorial Origen, México, 1983, 302pp.
No hay comentarios:
Publicar un comentario